Dale a Dios el Crédito

Hace poco leí Génesis 26 e inmediatamente me llamó la atención un pequeño detalle en el versículo 22. En este capítulo, Isaac está en el Valle de Gerar cavando pozos con sus sirvientes. Excava un pozo, pero otros pastores que viven allí discuten con él, alegando que el agua les pertenece. Entonces Isaac se mudó a otro lugar y cavó otro pozo. Ellos discutieron sobre ese pozo también. Isaac se movió nuevamente y cavó otro pozo. Este pozo no fue disputado. Entonces Isaac llamó al pozo "Rehobot, porque dijo: “Por ahora, el Señor nos ha hecho lugar, nos ha prosperado, y fructíficaremos en la tierra " (Génesis 26:22). El nombramiento de Isaac de este pozo es significativo, porque muestra dónde está su corazón. Le dio a Dios el crédito por la provisión del pozo. Podría haberse dado fácilmente el crédito por encontrar la ubicación correcta para el pozo y por el trabajo que realizó para cavar el pozo. Sin embargo, no lo hizo. Él sabía de dónde venía esta bendición y correctamente le dio el crédito a Dios.

La razón por la que me asombro este versículo es porque acababa de leer la historia de Caín. Después de haber sido maldecido por matar a su hermano Abel, Caín se casó, tuvo un hijo y construyó una ciudad. Llamó a la ciudad como el nombre de su hijo Enoc (Génesis 4:17). El hecho de que haya nombrado la ciudad que construyó con el nombre de su hijo muestra dónde estaba enfocado. Estaba enfocado en sí mismo, no en Dios. Él, a diferencia de Isaac, no le dio crédito a Dios por la ciudad que construyó. No es difícil ver por qué debido a su historia.

Anteriormente en Génesis 4 vemos la historia de Caín y Abel. Cuando Caín presentó su ofrenda ante el Señor, fue rechazada. El Pastor Robert Morris de Gateway Church explicó que la razón por la cual Dios no respetó a Caín y su ofrenda, fue porque Caín no trajo sus primicias. Génesis 4: 3-5 dice: “Y aconteció que al transcurrir el tiempo, Caín trajo al Señor una ofrenda del fruto de la tierra. También Abel, por su parte trajo de los primogénito de sus ovejas, de la grosura de los mismos. Y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero a Caín y a su ofrenda no miró con agrado". El Pastor Morris explicó que es crucial ver la diferencia entre cuando Caín y Abel trajeron sus ofrendas. "Al transcurrir el tiempo" Caín trajo una ofrenda, pero Abel "trajo de los primogénitos". En otras palabras, después de transcurrir un tiempo, Caín trajo una ofrenda y no fue una ofrenda de sus primicias. La razón por la que traemos nuestras primicias o primeros frutos es porque estamos diciendo que nuestra dependencia está en el Señor y que reconocemos, que la única razón por la que tenemos algo que aportar a Dios, es por lo que Él nos ha dado. Si Caín no pudo traer sus primicias a Dios, esto significa que no vio su necesidad de Dios ni reconoció que sus bendiciones provenían de Dios. No es de extrañar que más tarde, cuando construyó una ciudad, no pudo ver cómo fue Dios quien lo dotó de las habilidades e inteligencia que le permitieron planificar una ciudad y que fue Dios quien creó todos los materiales necesarios para construir una ciudad.

Como humanos, es fácil pensar como pensaba Caín. Es fácil trabajar realmente duro en algo y creer que son nuestros propios esfuerzos los que nos traen el éxito. No digo que nuestro arduo trabajo no tenga sentido, de hecho, es necesario hacer el trabajo. Caín tuvo que trabajar el campo. Abel tuvo que atender a su rebaño. Isaac tuvo que construir los pozos. Sin embargo, siempre debemos dar crédito a Dios porque Él es nuestra provisión. Dios nos ha dotado de las habilidades y destrezas que nos permiten hacer el trabajo que actualmente hacemos. Es gracias a Él que tenemos las bendiciones que tenemos. Asegurémonos de darle el crédito.